ARTÍCULOS DE MANUEL SIURANA

En este blog se recogen diversos artículos que han sido publicados por Manuel Siurana.

Tuesday, January 22, 2013

UN CATECISMO PLÁSTICO. EL SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZÓN. PARTE 8, Estudio iconológico del presbiterio. Las pinturas laterales. María como intercesora

MARÍA COMO INTERCESORA

En los lados del presbiterio, envolviendo la parte superior de las puertas laterales de acceso a la sacristía y con un enmarcamiento arquitectónico, se representan dos grandes murales gemelos rectangulares realizados al fresco. Se trata de un fragmento de la historia de Ester y del episodio de las Bodas de Caná, que fueron realizados por el pintor Luis Masriera Rosés[1] en el año 1955.
Firma del autor en una de las obras

Ambas obras ofrecen una composición similar, en la que se evoca un espacio interior con figuras en planos superpuestos dentro de una escenografía que genera una muy lograda perspectiva, que queda reforzada por la apertura de los fondos, en los que se introducen elementos paisajísticos. El dibujo es muy correcto, predominan los tonos cálidos, la luz es irreal y claramente simbólica y la composición es adecuada, de manera que la perspectiva se adapta perfectamente al punto de visión del espectador.

La relación entre ambas obras no se limita a los elementos compositivos, sino que va mucho más lejos hasta establecer una relación temática directa, motivo por el que fueron elegidas para decorar este importante espacio del templo. La escena de Ester se dispone en el lateral de la Epístola, que simbólicamente se corresponde con el Antiguo Testamento, y el episodio de las Bodas de Caná en el del Evangelio, que se corresponde con el Nuevo Testamento. De ese modo la historia de Ester adquiere el carácter prefigurativo de las Bodas de Caná.
Historia de Ester

La historia de Ester no es de las más habituales en el arte cristiano, pero aquí es rescatada por su relación con el tema del lado opuesto. Ester era una joven y hermosa judía que en el siglo V a.C., a petición de su primo Mardoqueo, intercedió ante el rey persa Asuero o Jerjes para impedir la matanza de su pueblo que había tramado el primer ministro Amán, motivo por el que los hebreos aún la recuerdan en la celebración de su fiesta de los Purim (las suertes). De acuerdo con el relato bíblico[2], Ester organizó un banquete en el que el rey le ofreció aquello que ella quisiera y ella le pidió “mi vida y la de mi pueblo… Pues mi pueblo y yo hemos sido condenados a ser exterminados, matados y destruidos…” (Est 7, 3-4), a lo que el rey respondió castigando al opresor Amán y salvando a los judíos. El papel de Ester en esta escena tuvo un claro reflejo en el Nuevo Testamento, ya que la iconografía cristiana la identificó con el papel que luego ejercería la Virgen María, de quien sería una prefiguración, como intercesora en el Día del Juicio.
Las Bodas de Caná

Frente a esa escena se muestra el episodio repetidamente reproducido en el arte cristiano de las Bodas de Caná[3], a las que asistieron como invitados Jesús, María y los discípulos. El tema es muy importante para el cristianismo, ya que forma parte de las celebraciones epifánicas o teofánicas[4], pero en este santuario el autor no quiso centrarse tanto en ese aspecto como en el papel que desempeñó María en la escena, que se desarrolla en un salón donde se celebra un banquete en el que se ha agotado el vino y la Madre intercede para que el Hijo realice su primer milagro, convirtiendo el agua de las tinajas que portan los sirvientes en vino, un vino nuevo (Nuevo Testamento) que será mejor que el viejo vino (Antiguo Testamento). En ese sentido esta escena enlaza con la de Ester, ya que ambas mujeres interceden para lograr un buen fin, que en el caso de la Virgen la sitúa en condiciones de llegar hasta el corazón de su Hijo, de quien, como mejor intercesora, podrá obtener todos los favores y, por lo tanto, la relacionan plenamente con el mensaje que quieren transmitir las pinturas de la bóveda absidial.

Autor de los textos y fotografías: Manuel Siurana Roglán

NOTAS:
[1] Luis Masriera Rosés (1872-1958), hijo del famoso pintor José Masriera Manovens, fue un prolífico artista que ejerció como orfebre, pintor, escenógrafo y autor teatral. Como pintor se movió entre el impresionismo y el modernismo, con algunas influencias recibidas de las primeras vanguardias del siglo XX.
[2] El libro de Ester es un breve escrito didáctico, formado por 10 capítulos, basado en hechos ficticios, pero que lleva aparejado un claro mensaje: la suerte puede cambiar de bando si se produce una intervención adecuada, que en el contexto del mundo hebreo es la heroína Ester, que intercede en favor del judaísmo contra el paganismo.
[3] Las Bodas de Caná fueron relatadas por el evangelista San Juan (Jn 2, 1-12).
[4] Las manifestaciones epifánicas de Cristo son variadas, la primera se produciría en la Visitación de María a Isabel, cuando Juan en el vientre de su madre reconoce a Jesús como Dios. Luego seguirían las relacionadas con el Nacimiento de Jesús: la presencia del buey y el asno (animales de la creación), la adoración de los pastores (humildes), el reconocimiento de Simeón en la escena de la Presentación y sobre todo la adoración de los Magos (poderosos). Y por fin su incipiente vida pública, entre las que adquirirían un papel destacado y teofánico las Bodas de Caná, el Bautismo en el Jordán y la Transfiguración, la primera por ser el primer milagro de Jesús (su primera acción como Hijo de Dios), la segunda por la presencia de la Trinidad y el reconocimiento del Hijo por el Padre y la tercera porque Cristo se manifestó en su forma divina.

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