LA CRISIS ECONÓMICA ACTUAL I. INTRODUCCIÓN
Desde el año 2008 el mundo vive sumido en una crisis económica que por su profundidad se podría equiparar con la que se desencadenó a partir del año 1929. La pregunta que nos formulamos es si la actual es una crisis que responde al típico modelo cíclico del sistema capitalista.
En los últimos meses, en paralelo a la intensidad de la crisis, los economistas, periodistas, políticos y todo tipo de analistas han vertido una ingente cantidad de opiniones y estudios sobre las causas, evolución y consecuencias de la crisis, popularizando conceptos antes desconocidos para el gran público. A través de estas páginas pretendo realizar una autorreflexión que contribuya a que yo mismo comprenda globalmente (y así pueda transmitir de manera adecuada) la situación generada en España a partir de la fase previa hasta desembocar en las consecuencias actuales.
Lo primero que quiero señalar es que tengo el profundo convencimiento de que las crisis se generan y se alimentan durante las épocas de crecimiento económico. Es decir, la crisis es el fruto maduro de una fase de prosperidad y por lo tanto, para evitar o, si no es eso posible, paliar futuras situaciones similares, habría que incidir básicamente en la fase de gestación y no en la de eclosión a través de la creación de todos los sistemas de control que sean necesarios para la desactivación de la burbuja de turno. Esa es una tarea que deberían acometer los políticos, que son los principales culpables de las fases económicas, aunque ello supusiera que sean tildados de aguafiestas cuando la euforia inunda todos los ámbitos. Mecanismos no les faltan, ya que incluso en estados profundamente liberales, disponen de políticas fiscales y presupuestarias capaces de revertir situaciones indeseadas.
Paradójicamente, más fácil, pero también mucho más doloroso para todos, resulta tomar medidas quirúrgicas cuando la crisis ha eclosionado con toda la fuerza del mundo, es decir, cuando todos, hasta los menos informados, vemos las orejas y hasta los colmillos del lobo, cuando vemos crecer el paro a nuestro alrededor, cuando vemos caer gobiernos democráticos, cuando vemos subir las primas de riesgo y bajar los PIBs, cuando tememos perder los ahorros de toda la vida o simplemente cuando tenemos que hacer cuentas para llegar a fin de mes.
Realizada esta introducción, ahora procede analizar con detalle las causas que gestaron la crisis actual, que, como es evidente, tiene sus raíces en la exuberancia que la precedió y que analizaremos próximamente.
En los últimos meses, en paralelo a la intensidad de la crisis, los economistas, periodistas, políticos y todo tipo de analistas han vertido una ingente cantidad de opiniones y estudios sobre las causas, evolución y consecuencias de la crisis, popularizando conceptos antes desconocidos para el gran público. A través de estas páginas pretendo realizar una autorreflexión que contribuya a que yo mismo comprenda globalmente (y así pueda transmitir de manera adecuada) la situación generada en España a partir de la fase previa hasta desembocar en las consecuencias actuales.
Lo primero que quiero señalar es que tengo el profundo convencimiento de que las crisis se generan y se alimentan durante las épocas de crecimiento económico. Es decir, la crisis es el fruto maduro de una fase de prosperidad y por lo tanto, para evitar o, si no es eso posible, paliar futuras situaciones similares, habría que incidir básicamente en la fase de gestación y no en la de eclosión a través de la creación de todos los sistemas de control que sean necesarios para la desactivación de la burbuja de turno. Esa es una tarea que deberían acometer los políticos, que son los principales culpables de las fases económicas, aunque ello supusiera que sean tildados de aguafiestas cuando la euforia inunda todos los ámbitos. Mecanismos no les faltan, ya que incluso en estados profundamente liberales, disponen de políticas fiscales y presupuestarias capaces de revertir situaciones indeseadas.
Paradójicamente, más fácil, pero también mucho más doloroso para todos, resulta tomar medidas quirúrgicas cuando la crisis ha eclosionado con toda la fuerza del mundo, es decir, cuando todos, hasta los menos informados, vemos las orejas y hasta los colmillos del lobo, cuando vemos crecer el paro a nuestro alrededor, cuando vemos caer gobiernos democráticos, cuando vemos subir las primas de riesgo y bajar los PIBs, cuando tememos perder los ahorros de toda la vida o simplemente cuando tenemos que hacer cuentas para llegar a fin de mes.
Realizada esta introducción, ahora procede analizar con detalle las causas que gestaron la crisis actual, que, como es evidente, tiene sus raíces en la exuberancia que la precedió y que analizaremos próximamente.
Manuel Siurana Roglán, 8-diciembre-2011
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